La paciencia no es su mejor virtud, cree que tiene que
esperar, ¿pero esperar qué? ¿y si sólo es su imaginación? Piensa en acercarse, imagina algunas situaciones propicias, piensa un par de temas de conversación, le encanta y tiene miedo; lo peor que puede pasar es que sólo sean amigos. Él no se imagina lo que le
causó cada vez que sus miradas chocaron entre tanta gente, ni mucho menos el
par de veces que ella lo sorprendió mirándola; desvaneció su mundo y sólo le
quedó disimular sonreír. Es innegable, le gusta, quiere volverlo a ver, lo
volverá a ver.
Son un par de extraños que saben quiénes son, saben sus
nombres pero ninguno se acerca; ella vivía feliz sin saber de su existencia, él
sutilmente entra en su vida; de a poquitos y misteriosamente, pero esa noche el
temor les ganó, sólo fueron muchas miradas y un par de sonrisas.
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