Se
encontraban en el bar de siempre, con las personas de siempre, estaban juntos,
simulando, mintiéndose y mintiendo, ella a pesar de que lo amaba ya no lo
soporta cerca, es contradictorio, es una tortura, querer sus abrazos y sus
besos pero ya no quererlos, se quiere el recuerdo de lo que fue bueno, se
quiere lo que ya no se tiene, lo que dejaron que se pierda, por su ego, su
orgullo y sus perdones fingidos, ella no sabe que siente él, ella todo el
tiempo se mostró transparente, pero no sintió eso de él, necesitaba
transparencia, verdad, sinceridad, necesitaba que se abra y diga lo que siente,
sin rabia, sin cólera, sin temor, sin ninguna cortina, a veces pensaba que en
verdad no la amaba, las personas que se
aman no temen mostrarse, siempre lo pensó, siempre lo supo.
En carrousell
lunes, 1 de septiembre de 2014
martes, 19 de agosto de 2014
Un pequeño secreto.
Me encantan las mentes fuertes, con ideas, claras y a veces
algo perturbadas, me encantan las mentes que no se amilanan, con las que puedo
hablar en frases cortas sin tanta explicación, las que preguntan, sin esquemas
ni prejuicios, las que a pesar de sus temores se arriesgan, sigilosamente, sin
desesperación, las mentes que a pesar de su frialdad y sus cálculos maquiavélicos
son bondadosas, las mentes que mantienen el paso y no agotan, las mentes con alma. He pensado que el secreto para cualquier relación está en el
poder que generan las mentes involucradas, en la brillantez para seguir su
camino.
El tiempo.
El tiempo es un desgaste de todo, desgasta las heridas, los
malos ratos, los amores pasajeros, los gustos banales, si de algo sirve el
tiempo es para ponerse viejo y para fortalecer las ideas y sentimientos, no
importa si solos o emparejados, el tiempo, infinito corredor, pasa sobre todos,
sin pena y sin prisa, solo pasa. Al tiempo no se le espera, siempre está
puntual en su cita, no te planta, no te apabulla, te da todo a la medida que lo
mereces, aunque no lo aceptes, lo rechaces y reniegues; es al único al que
debes esperar. El tiempo ha envejecido y matado lo que alguna vez fue, y él no
es el único culpable.
jueves, 14 de agosto de 2014
Un pequeño consejo
Dejar a alguien o terminar algo es bastante intenso, es como
dejar de fumar, comer carne, beber alcohol, o cualquier cosa que nos ha gustado
y se vició, el amor es el vicio de un sentimiento y cuando decides dejar tu
vicio por alguien sufres, todo depende de la voluntad, en lo personal, cuando
dejé el cigarrillo fue definitivo, ahora detesto su aroma, sabor, y gastar 80
céntimos en uno. Dejar una relación es así, al comienzo querrás regresar,
tenerlo nuevamente, lo extrañarás y como en cualquier proceso de rehabilitación
tendrás el síndrome de abstinencia, pero sé fuerte, tírate en la cama todo un
día, llora y grita si quieres, aunque no sea el fin del mundo, es el fin de
algo pero como cualquier fin es el inicio de algo nuevo, algo que construirás
con esfuerzo, cariño, amor propio y voluntad; camina a tu ritmo pero con paso firme.
No te preocupes, que sé que dejar algo es difícil, soy no fumadora y vegetariana.
miércoles, 13 de agosto de 2014
Esperar es de necios
Los días y las noches se volvieron interminablemente
agotadores, decidió tomar sus cosas y partir, le dejó una carta en el espejo y
se fue, con pasos lentos y con esperanza, se sentó en el café del frente, lo
vio llegar, puso el teléfono enfrente suyo por si se le ocurría llamar y
espero. Él entro en la casa y se dio cuenta de que estaba solo, vio la carta en
el espejo y la leyó:
No volveré a
escribirte, no volveré a dirigirme a ti como lo he hecho hasta ahora, parece
que me enamoré de la ilusión y ahora necesito realidad, y la que tú me das no
me agrada, no me haces sentir bien, y a pesar de que lo sabes nada has hecho
porque eso cambie para bien, no sé si me duele tu desinterés, o que poco a poco
ya no quiera estar contigo, no sé si es lo que buscabas al final, después de
tanto no lo sé, no me arrepiento de haber abierto las puertas de mi mundo de
par en par para ti pero me duele que no lo aprecies como esperaba, lo bueno se
ha acabado hace tiempo y el mal rato es constante, todo el tiempo pedí que me
comprendas y no lo has hecho, he encontrado eso en otro sitio sin ser nada
sentimental, sin tener la necesidad u obligación de dar mis sentimientos y mi
corazón, eso es amistad, pero nadie me dará las sonrisas que me dabas tú, a
pesar de que te lo he pedido también. Me he agotado de esperarte, de que seas
alguien que quiera estar a mi lado, te has vuelto aburrido, cotidiano y a veces
cruel, no sé quién está perdiendo a quién pero sé que me duele y que
seguramente me dolerá mucho más y ya no quiero más dolor, no sé si después de
leer esto quieras correr detrás de mí y detenerme y demostrarme que no es así,
que de verdad te importo, pero tampoco espero que lo hagas porque no quiero que
me des el gusto, quiero que venga de ti, tan sincero como la primera vez que llegaste
a verme a las 6am, quiero sentirme feliz de estar contigo, no cansada, no
espero nada de eso de ti, porque nada bueno he recibido, te amo, duele y no te
mereces ni mi amor ni mi dolor, has abusado de mí, he dejado que lo hagas, y
sentirme así es lo peor que nos ha podido pasar.
Era la medianoche y ella seguía ahí, esperando una llamada o
verlo salir; en cambio él, esperaba escuchar sus llaves y su regreso
arrepentido.
martes, 12 de agosto de 2014
Sábado, domingo si no nos acobardamos.
Todos tenemos maneras de despedirnos, gestos, frases, bye, hasta luego, chau, adiós, y otras
distorsiones de la escritura y pronunciación.
Pero cómo sabemos cuál es la manera correcta al despedirnos
de alguien que va a morir ¿cómo? Cómo saberlo, aunque parezca trágico si
alguien muere en un accidente no estuviste comprometido y obligado a decir
palabras que no puedes expresar.
En otra situación cuando la muerte se anuncia con la agonía
qué cosa es correcto decir, él se va, tú te quedas, quién debe despedirse de quién;
el sentimiento feo se acentúa cuando tu mamá, papá, hermano, quién sea, te
dicen “ven a despedirte”, el agonizante está ahí, le duele todo o simplemente
no reacciona; ¿de verdad me habrá escuchado? ¿en qué piensa? Las palabras nunca
son las correctas.
Mi abuelo murió, tenía 90 años, mi mamá me dijo “ven a
despedirte”, le mentí, le dije que ya lo había hecho; a los 5 minutos mi
conciencia ganó, le dije que no lo había hecho – no me despedí, no lo haré
porque no sé hacerlo – ella no respondió; los padres no nos enseñan a enfrentar
el antes o durante la muerte, normalmente es para el después.
Llegó el momento de decir “adiós abuelito”, pero no lo hice,
ninguna palabra sonaba correcta ni apropiada, no entendía a nadie ¿cómo podían
despedirse? El abue no se iba a comprar pan, se iba, se fue al más allá, más
acá o dónde sea que le haya tocado y solo atiné a decirle – jugaremos ajedrez
cuando te vea.
28-11-2009
lunes, 11 de agosto de 2014
Ella, su luna.
Disfruto del silencio, del vacío, de la nada, de las
conversaciones mentales, recuerdos y hasta a veces de un par de lágrimas, de la
oscuridad y muchas cosas aburridas. Del silencio es genial encontrar lo que la
bulla del mundo no te deja encontrar, transitar otros rumbos, tal vez con
suerte y te encuentras a ti mismo.
Apareció alguien a quién preferí escuchar, no estaba siendo
un día para historias, la melodía de su flauta no me perturbaba,
recordé las formaciones del colegio y a una amiga de mi abuela que adoraba (la
extraño Mrs. J.), voy en lo mío. La ventana da a la calle, es el universo
entero, y este hombre era un planeta con melodía y una luna, tocó imparablemente
durante casi dos horas, su luna estuvo todo el tiempo sentada en un cajón,
mirando y moviéndose en su sitio; entre ellos y el resto solo se interpuso un
estuche y un tazón, hace todo por ella. Su historia está en su rostro, en su
esencia, en su luna; y seguirá su curso melódicamente con la inocente compañía de
ella.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)