Pasaron
muchos meses para volver a verla; estaba en el piso, en grand ecart con sus
niñas cuando se abrió la puerta, una niña preciosa de cabello corto y
ensortijado, una sonrisa radiante y unos ojos enormes entró en su sala
saltando y saludándola, le preguntó si se podía quedar, la maestra extrañaba su
presencia y se lo permitió, la presentó a sus niñas y siguió con la clase; lo
que no sabía es que sólo ella podía verla, sólo ella sabía que estaba ahí,
sonriendo para ella.
Gracias por las enormes sonrisas pequeña L*
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