viernes, 24 de mayo de 2013

TRES

Como todos los sábados por la mañana, Jorge y Mario se toman un café en el bar del club, Jorge es contador del club y Mario es un policía retirado, es un día cálido y levemente soleado.

-          - Es agradable pasear con este clima – dice Jorge, y bebe lo que queda de su café.
-          - Así es – afirma Mario y observa a los niños correr por las canchas deportivas del club – en veinte minutos empieza la exposición – agrega.
-         -  Siempre hay espacio para viejos como nosotros – dice Jorge y sonríe – salen del bar y se dirigen hacia el gran toldo blanco, decorado con cintas color ámbar, donde se exponen las pinturas de un artista de la localidad.

Se topan con una bella y alta mujer, de cabello oscuro y largo, su nombre es Eliza; va del brazo de Leandro, un químico farmacéutico, dueño de la cadena de farmacias de la ciudad; un hombre de mediana estatura, apariencia torpe pero risueño.

-          - ¡Leandro! Qué alegría verte hombre –exclama Jorge, abrazando al hombrecito con el que acaba de toparse.
-         -  Lo mismo digo, ya iba al bar a saludarte – responde  Leandro – les presento a la mujer más hermosa, amable y amorosa del mundo, mi esposa, Eliza – ella se sonroja ligeramente y sonríe, ambos viejos la saludan.
-         -  Que gusto Eliza, veo que le sienta de maravilla la vida en matrimonio – dice Jorge dirigiéndose a Leandro.
-         -  Es un excelente hombre, no hay manera de no amarlo – responde Eliza, ruborizándose. Leandro besa la mano de su esposa  y le dice - Vayamos avanzando a la exposición – ella asienta con la cabeza – Luego de la exposición pasen por casa a tomar algo por favor – dice Eliza, amablemente.
-         -  Lo siento mi señora, pero ya me he comprometido en otros asuntos, en otra oportunidad, encantado – dice Jorge.
-         - Con gusto los acompañaré – dice Mario - ¡Maravilloso! Lo esperamos. – responde Eliza y avanza con Leandro.

Mario y Jorge aún afuera, caminan un rato más, Mario un poco desencajado ahora dice – esa mujer no me gusta – Jorge sorprendido - ¿la conoces? – Mario respira y explica – es la tercera vez que se casa, las dos anteriores enviudó – Una mujer como ella, supongo que muchos la habrán pretendido con la excusa de consolarla – Investigué la muerte de su primer esposo, se le culpaba por homicidio premeditado, el hombre era fotógrafo, y murió porque al parecer cuando revelaba las fotos y en lugar de beber su café, bebió café con sustancia soluble para el revelado de fotos, algo accidental al parecer, o al menos, según el jurado; su segundo esposo murió intoxicado al volver de su luna de miel. – Jorge estupefacto y espantado – ¿para qué vas a esa casa? – La verdad – suspira Mario – no lo sé.

Dio la hora acordada en casa de Eliza y Leandro, ambos esperaban a Mario, Eliza preparaba la merienda, cuando tocaron el timbre, como esperaban era Mario, Leandro lo recibió amablemente, lo invitó a la sala, Eliza entró con una bandeja y dos vasos de jugo de naranja y una taza de té, Leandro se incomodó un poco y le dijo:
-        - Ya te he dicho que no uses los vasos que dejo en el laboratorio, algún día matarás a alguien, traeré unos vasos nuevos y prepararé más jugo de naranja – le dio un beso en la mejilla a su mujer y se fue a la cocina.

Mario que había observado la escena le dijo – estoy aquí para advertir a Leandro de tus intenciones y de la clase de persona que eres – Eliza sonrió y respondió calmada – a Leandro no le interesa mi pasado, sabe que enviudé pero no le interesa que le pasó a esos hombres, no pierdas tu tiempo, él me ama y yo lo amo a él.


 Leandro regresó a la habitación con los vasos y el jugo de naranja, Mario se sirvió un poco de jugo, bebió, tuvo un gran dolor en el pecho y murió.

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